sábado, diciembre 02, 2006

Whirling 1.20 (1 año después)

… dedicado a mis azarosos hermanos de siempre.

Día 1: la respiración.

Inspira, espira
Inspira, espira
Inspira, espira

Una luz violeta conecta mi pecho, mi voz interior,
abro esa boca pectoral…
y elimino esa soledad abandonada;

Una ráfaga de viento creadora envuelve mi vientre,
abro esa boca abdominal…

y elimino ese cáncer residual;

Un rayo relampaguea mi mente y las ideas
abro esa boca en el entrecejo…y caen dos lágrimas de arco iris.


Día 2: la dinámica.

Enciende el fuelle de tu respiración con sentido.
Es el aliento vital en ebullición, encendiéndose,

poniendo en vibración virtuosa la existencia;

Se abren las poderosas puertas bajo el son del gong,
miles de tambores vivientes nos persiguen la vida,
una tormenta de gritos en catarsis se abre el paso.

Nos llegó la hora del pacto trascendente, reconocerse.
Yo soy, yo soy, soy la conexión vertical cielo – mama.
Espíritus guerreros saltan en una sola voz… stop.


Día 3: la meditación.

Respirar hasta olvidarnos que respiramos;
cuidar la posición del cuerpo hasta olvidarnos de olvidar.

De la inercia que decanta nuestros cuerpos inquietos, anestesiándolos,
a la potencia del viejo fuego interno que vitaliza la conciencia.

Día 4: la conciencia.

Y mirar de reojo la suave brisa de pensamientos, inmutables,
hasta descubrir la verdadera vida que florece como el cactus,

sin imágenes de la baba urbana ni de la pegajosa historia propia.

Mi espiración como un rayo láser,
destruyendo falsos dioses e imágenes paganas,
me convierto en mi auto-iconoclasta.

Y las colchonetas que parecen miles,
pesadas como el ahogo se aferran sobre nuestro cuerpo perecible,
también nos reciben en tiempos mezquinos de amorosidad entre hermanos.

La vida vertiginosamente esculpida en nuestra pre-historia
se ablanda a manos de nuestros puños, y
con un grito el soplido remodela esta arcilla nueva.


Día 5: el renacimiento.

Recostados sobre el suelo compartimos un mismo cordón umbilical y una misma bolsa donde nadamos hasta sacar la cabeza afuera.

Estuvimos toda una vida en ella y bastaron 5 días para que pasara la verdadera vida ante nosotros.


Día 6: la comunión y el regreso.

Mundos sutiles, conciencia materializada.
Juntos compartiendo la misma piel,
incorporando sabiduría eterna en el rito.

Prana para uno, todos irrigados como células,
en el Sol somos un solo cuerpo,
alumbrados y brillantes, sin contornos e ilimitados.

Y volver a la ex vida, una agenda simétrica y automatizada,
volver a esta imagen que es nuestra cotidianeidad,
hermanos estoy cierto que podría reconocerlos hasta con los ojos vendados.

Epílogo circular

No nos olvidemos de esos días cuando 15 arroyos convergieron y se
transformaron en un caudaloso río, donde sus turbulentas aguas
revolvieron todo lo que cada uno traía, antiguos sedimentos, pegados como la carne al hueso, escondidos en la sombra del miedo.

Hasta que finalmente ni el más imponente arrastre ya no importó nada... con esa fuerza y ese nivel de agua en revoltura todo parece pequeño, salvo ese mar en el horizonte donde no perdemos la esperanza de llegar.

Gracias Ignacio, Elia, Gonzalo y Rafa.

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