martes, diciembre 16, 2008

La resaca de la felicidad o el vuelo de un post parto de una hija esperada



Vengo aterrizando. Hubo intentos previos pero fallidos. Por supuesto, yo y mi luna, como no iba a fallar si me ha dado por alunizar... lo cierto -o lo concreto- es que hace más de un mes fui el balón de helio que desde la estación mapocho salió proyectado hacia mi celeste tan querido.


Vuelvo a rayar estos muros nuevamente, por ahora solo para agradecer la presencia de cada uno de ustedes en ese momento tan especial para mí como lo fue el lanzamiento de la "resaca de la tristeza". No sólo pude cumplir el sueño de ver andando a esta niña mía sino que pude apreciar de una posición privilegiada el amor en concierto. No sé si lo sintieron pero había una afinación deliciosa, que más allá de la lectura y el protocolo, no podía hacer otra cosa que estar feliz. Si es que estar feliz se "hace" porque yo lo estaba, o sea de SER feliz más que HACER, pero si yo lo fui (ser), fue gracias a la construcción (hacer) de ustedes. Los que no pudieron estar podrán imaginarlo a partir de lo que les cuento. Pasó lo que sucede cuando todos deciden entrar al juego.


Hay más ferias, nacionales e internacionales, donde participaré. Se viene la feria del parque forestal en enero y la de Viña. Quizás la de La Habana. Hay una posibilidad de hacer un lanzamiento en Valpo. Mientras, seguiremos haciendo difusión en prensa y otros espacios. Apoyaré a la editorial en la mejor distribución en librerías, en stgo y en regiones, entre otras cosas que demanda esta empresa.

Por último, un anécdota. Durante el lanzamiento una de las presentadoras, Roxana Correa, y uno de los asistentes alegaron por la no inclusión en el libro de un poema llamado "carta de un león a otro". Se consideró que no estaba en la línea de la resaca de la tristeza y yo estuve de acuerdo con la editora en su exclusión. Se trata de un poema distinto, medio perversillo y descarado. Les infidencio, además, que alguien pícaramente me dijo que no había sido capaz de reconocer (me) en el protagonista de este poema, después de una pregunta de Arturo Fierro durante el lanzamiento sobre el hablante lírico... bueno, si así fue y no quedó claro, les digo que sí estoy ahí también, soy yo, el real y también el imaginario.

En fin, para evitar más conjeturas y alunizar o aterrizar las expectativas, les adjunto a continuación la versión final de este mentado parapoema (distinta a la original publicada hace un par de años atrás en este mismo blog).


Carta de un león a otro

Así fue y así suele ser querido amigo.
Al parecer la dicha es sólo un instante,
el "esquisítum", el "moméntum".
La confluencia. La coincidencia programada.

Estuve toda la noche con una imagen deseada.
La elaboré para seducirla...
en realidad la llevé bajo el mismo cielo de mi auto.
No hubo camas, presentaciones, ni CV, tampoco tolerancias acordadas.
Hubiera sido ilustrativo que estuvieras ahí disfrutando de esa canción a dos voces.

¿Por qué creo que debo seguir viéndola?
No lo sé. Puede ser porque no me lo pregunta.

Es una pendeja que tiene todo lo que uno quiere de ellas.
Eso que uno reconoce solo cuando esta ahí rebasándose entre tus manos.
Tiene esa deliciosa inconciencia
de quererlo todo y de no tener límites,
por la simple razón de que no sabe que existen.

Tiene esa casi belleza, insolente y plantada,
exuberantemente natural e imperfecta,
descuidada pero agradecida, de piel aún con olor a piel,
y de ojos cansados solo por el sueño.

Tiene ese tonus,
esa profundidad subcutánea,
esa grasa joven que no enferma,
esa que solo proporciona el delicioso sabor de sus huesos.

Estoy disfrutando mucho amigo,
quizás por primera vez del poder fáctico de la experiencia.
Me siento implacable. Solo existo.
Ante esa levedad que me es tan plácida a la vez,
soy un todo que puede ser poco, aunque ella vea de lo poco un todo.

Gracias por entrar al juego y los que aún no lo han hecho pueden hacerlo en Salieri pinchando aquí.


Licencia de Creative Commons
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