Noche sin vela
Tiendo a partir, a marcharme
sin tirantes que me jalen tierra abajo.
Había olvidado – si es que existió –
la amplitud térmica del amor,
esa fiebre ondulante, la montaña rusa.
Me ahogo en el caldo de ansiedad por tenerte a mi lado
y no entiendo tu sentir ni siento tu compasión.
¿Por qué no eres capaz de irte conmigo
en el mismo balón cielo afuera?
¿Por qué no quieres compartir conmigo
una azulada noche de puerto?
Y mientras como un reloj
giro en la cama esperando tu llamada...