La enferma
Si hubiéramos chocado en silla de ruedaso hubiera aterrizado en una loza blanca
mientras tú te retorcías de medio lado
afirmando el frío suelo del clorado pabellón
Si hubiera evaluado aquellos niveles químicos
y hubiera abrochado tu camisa por la espalda
mientras entre varios amordazan tu boca espumante
y controlan tu lengua impidiendo que te envenenes
Si hubiera encontrado alguno de tus gritos perdidos en el patio
y me hubiera percatado que no era dislalia ni dislexia
tampoco música contemporánea incomprensible
al menos para éste, mi estándar intelecto
Si hubiera comprendido que no era creatividad tu errático ser
y hubiera entendido que no era ternura darte de comer
Mientras con los pies abría las puertas, con la mano libre trabajaba,
en la espalda cargaba la cama y con mi abdomen te protegía de las balas
Si hubiera reparado en tus ojos de asesina en serie
y hubiera visto ese aviso en la pared del túnel
que esperarte podría ser eterno para mi tiempo finito
y la condena alternativa tu compañía cuando estás satisfecha
Si hubiera descubierto tu piel purulenta y tu hedor moribundo
y hubiera identificado a esos gusanos Oscar y Piña
chapoteando en tu nauseabunda regurgitación
o reproduciéndose en el estiércol de tus promesas
Si me hubiera enterado que esto era contagioso




