(re)encuentro circular
Sin saber estábamos de espaldas, el uno contra el otro, caminamos porque sabíamos (teníamos esa certeza intuitiva) que así, tarde o temprano, nos encontraríamos.
Pasaron los días cansados de caminar y pasaron las noches cansados de pensar en el otro. Pasábamos como en un film donde éramos el objeto fijo al que el paisaje se le mueve circularmente.
Estábamos en eso cuando te descubrí en el mismo lugar donde partimos, pero esta vez yo estaba en tu lugar y tú en el mío, nuevamente enfrentados, pero esta vez cara a cara.